Desmoronamiento partidista

Por: María del Carmen Nava

Hacer leña del árbol caído no es una actitud pública que enriquezca a la democracia per se, sin embargo es necesario recapitular los alcances electorales que tuvo el PAN en la jornada del pasado 1° de julio para poder proyectar su plan de contingencia. ¿Cuál será su papel en el sistema político mexicano en el próximo sexenio? ¿Mostrarán capacidad inmediata para reaccionar estratégica y profundamente en sus orígenes y objetivos como partido?

A nivel federal uno de cuatro mexicanos que votaron en la jornada electoral de 2012 lo hicieron por el PAN (25.4%). Esta cifra es ligeramente menor a la votación que obtuvieron en las elecciones presidenciales de 1994 (26.7%). Regresaron en el tiempo 18 años. En contraste, su militancia creció entre 2005 y 2011 un 64 por ciento; ¿cuál fue el beneficio público de que hubiera más panistas si no se incrementó la simpatía ciudadana?

Segunda fuerza legislativa

Derivado de las cifras del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), el PAN obtuvo el tercer lugar de las preferencias ciudadanas para su candidata presidencial. En cambio son la segunda fuerza congresional: obtuvieron una votación para senadores del 26.3 por ciento y del 25.9 por ciento para diputados. Esta última cifra es igual a la que obtuvieron en 1997. Retrocedieron en el tiempo 15 años.

De las seis gubernaturas y jefatura de Gobierno del Distrito Federal únicamente ganó Guanajuato. Por décadas una fortaleza del partido blanquiazul fue su presencia en los ayuntamientos. Ahora de las 871 presidencias municipales que se eligieron en quince entidades federativas, ¿cuántas ganó el PAN?

De lo perdido, lo que aparezca

Al 1° de julio de 2012 el PAN tenía: 9 gubernaturas, 592 presidencias municipales, 3 delegaciones en el DF, 1,478 regidores y síndicos, 50 senadores, 143 diputados federales y 6 capitales de estados. Transcurridos los comicios y en espera de la resolución de controversias que existan, podremos evaluar fehacientemente cómo quedará su representación en todos los niveles de gobierno.

Por lo pronto podemos adelantar que de los 253 ayuntamientos y jefaturas delegacionales que el PAN encabeza en las quince entidades federativas, únicamente conservó el 33 por ciento. Algunos de los municipios representativos panistas que se perdieron son: León, Silao, San Francisco del Rincón, Dolores Hidalgo (Guanajuato); Tapachula y Ocosingo (Chiapas); Tequila (Jalisco); Miguel Hidalgo (D.F.); San Mateo Atenco (Edomex); Querétaro y Tequisquiapan (Querétaro).

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Alquimia: de azul a rojo

El voto ciudadano hace magia con los colores: de los 167 ayuntamientos que encabeza el blanquiazul y perdió, el 83 por ciento los ganó el PRI (solo o en coalición), le sigue el PRD (6%), PT (5%), PVEM (4%) y Nueva Alianza (2%).

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Origen de la derrota

Un factor crucial de la debacle electoral panista es la descomposición de su vida interna, la cual se integra por tres elementos: 1) deslegitimación de los procesos de obtención de candidaturas; 2) incremento superficial de militancia sin crear simpatías ciudadanas genuinas; 3) control del Presidente de la República en las decisiones y dirigencia partidista.

La conducción de un país se convierte en un arte de estrategia, oportunidad, liderazgo y poder en un marco de democracia. El PAN dejó gradualmente sus procesos democráticos para utilizar cada vez más la designación como forma de decisión. No ha sido suficiente para los ciudadanos que sea el único partido que abre sus procesos de elección de candidaturas y consejerías, que formaliza sus reglas de competencia y participación interna y coloca para consulta pública su registro nacional de miembros.

El atentar contra su vida interna, contra su esencia, orilló a ser un partido que operó contra sí mismo.

La era del hielo

Los resultados de las urnas para Acción Nacional fueron arrolladores en los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal. ¿A qué responde el crecimiento de su militancia si no amplió las preferencias del electorado? Una de las principales metas de los partidos políticos es obtener puestos de representación para impulsar propuestas y aplicar formas de gobernar con el sello de la casa. ¿Cuál ha sido entonces la finalidad del crecimiento panista si no ha sido eficaz en la obtención, mantenimiento y ampliación del poder?

El PAN entró en su era del hielo y tiene dos opciones: hundirse como el Titanic o nadar a la orilla y valorar su estrategia para seguir contribuyendo con el país. Está en un punto de no retorno. Regresar a la oposición testimonial que fue por décadas sería tirar por la borda su experiencia en el poder. Ser oposición responsable que colabora con el gobierno en turno no le rendirá frutos en incremento de votos. Le queda voltear genuinamente a la ciudadanía con la sensibilidad social y habilidad política de haber encabezado el poder a nivel federal por doce años.

 

 

 

También lo puedes consultar en Animal Político:

http://www.animalpolitico.com/blogueros-blog-invitado/2012/07/04/desmoronamiento-partidista/

Acerca de #CaleidoscopioElectoral

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