Metodología Caleidoscopio

#CaleidoscopioElectoral

 Bienvenidos todos, bienvenido yo

A partir de esta semana, Defoe e Inteligencia Pública, empresas que nos dedicamos a tratar temas relativos a lo que opina la gente, a analizar lo que pasa en la política y a comunicarlo de una manera medianamente entendible, intentaremos retratar y explicar lo que las personas, que podrían votar en las próximas elecciones presidenciales, traen en sus cabecitas. Todo esto será #CaleidoscopioElectoral.

¿Qué nos traemos entre manos?

Tomaremos cada semana distintas fotografías a lo largo de todo el tiempo que durarán las campañas presidenciales (tres meses) para conocer de qué manera los ciudadanos y las ciudadanas modifican sus preferencias con respecto a los candidatos y a la candidata, sus respectivos partidos, sus propuestas (o la ausencia de ellas), los resbalones y metidas de pata (tanto del candidato o la candidata, su partido, su equipo de campaña o todos juntos y en bola), las sacadas de los trapitos al sol (o campañas negativas) y demás eventos que más de uno considera realmente relevantes y que verdaderamente importan, como el fut, la música y el espectáculo (farándula incluida), la religión y demás chismes del momento.

Ojo, a diferencia de otros ejercicios de encuestas que andarán pululando en los medios, nosotros no mediremos solamente cómo va Arabela con respecto a los otros caballos que están en la carrera, lo que a nosotros más nos interesa es conocer, medir, entender y comunicar las cosas que verdaderamente les preocupan a las personas al momento de que deciden por quién diablos van a votar y qué esperan que pase una vez que ya lo hicieron (o igual decidieron firmar un cheque en blanco), además de cómo influye en su humor (percepción, pues) las cosas (buenas, regulares y malas) que pasan en este nuestro México, divino tesoro.

¿Cómo lo armamos?

Como ya les platicamos, Defoe e Inteligencia Pública somos las empresas responsables de armar este ejercicio llamado #CaleidoscopioElectoral. Lo que haremos es realizar una serie de mediciones que usan un diseño mixto de investigación (el nombre técnico es «muestra rotativa de secciones electorales de corte transversal y longitudinal«). Es decir, se escogieron al azar 160 secciones electorales a nivel nacional con diez casos en cada una de ellas para totalizar la nada despreciable cantidad de 1,600 encuestas. ¿Cómo la ven?

En sus marcas, listos…

Empezamos con un paquete de 1,600 encuestas de arranque (casos base) para poder separar por grupos demográficos (segmentaciones).

¿Y luego, qué sigue?

A partir de la siguiente semana, estaremos levantando 400 encuestas semanales para sumar al mes otras 1,600; donde cada una de las mediciones usa 40 de las 160 secciones utilizadas en el levantamiento inicial. ¿Nos siguen?

Explicándolo de otra manera tenemos que:

1. En la primera medición semanal (no la de arranque) se utilizó una muestra aleatoria de 40 secciones electorales escogidas de las 160 que usamos en la encuesta de arranque (la de los 1,600 casos).

2. En la segunda medición semanal tomamos otras 40 secciones de las 120 que no hemos usado de las que formaron parte de la encuesta de arranque (como los perritos, ya nomás nos quedaban 120).

3. En la tercera medición semanal usamos otras 40 secciones, pero ahora de las 80 que nos quedan de la encuesta inicial de 160.

4. En la última medición del mes usaremos las 40 secciones restantes (ya usamos 40 en la primera medición, otras 40 en la segunda y otras 40 más en la tercera).

Todo este rollo se repetirá mes con mes mientras duren las campañas presidenciales y se completen 13 encuestas de 400 casos cada una (en efecto, un titipuchal que viene siendo algo así como 5,200 encuestas).

En este esquema, cada uno de los bloques de 40 secciones electorales serán rotados mes con mes en un esquema tipo longitudinal (que se hacen encuestas semanales, pues). Además, dentro de cada una de las secciones electorales que se eligieron en cada ronda, se tomará una muestra aleatoria de viviendas cada vez para no repetirlas y preguntarle a los mismos. De esta manera, se mantiene la estructura de uso rotativo a nivel de las secciones electorales (como el juego de las sillas), pero cambiando de participantes o viviendas cada semana (esquema tipo longitudinal). Con este rollo, se busca evitar posibles efectos relacionados con el dichoso esquema longitudinal (visitar a las mismas viviendas en cada semana y nos tomen cariño o de plano, nos alucinen o nos inviten a sacar la credencial de elector con ese domicilio).

¿Y todo esto, cómo para qué?

Las ventajas del mitote que estamos armando Defoe e Inteligencia Pública es que, aunque cada una de las fotografías que tomaremos o la mirada que echaremos al caleidoscopio (medición, pues) tendrá una muestra de tan solo 400 entrevistas (o casos), #CaleidoscopioElectoral contará todo lo que acontece alrededor de cada una de estas encuestas. Dicho de otra manera, contaremos la historia, el chisme, el punto en torno a lo que estamos preguntando cada semana y cada mes y dado que cada semana la banda que anda metida en el borlote electoral se empeñará en ganar nuestra atención a como de lugar (como diría Sor Juana: «hombres necios que acusáis a las mujeres sin razón…») buscaremos medir de qué manera esto hace que cambie la opinión, percepción, entusiasmo, afinidad o encanijamiento de las personas.

Como pueden ver, esto se va a poner buenísimo.

¡Arrancamos!

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